Sigo el camino que su fragancia me
indica…,
Mi olfato se embebe de una elegante
esencia flotante en el aire…,
Entre olor a cítricos sensuales,
gourmanta de chocolates, miel y almendras dulces que se atreven a desdibujar
una imagen, alguien que se asemeje a Ella.
Sin conocerla…, me eclipsa, me
apasiona. Excitando al hipotálamo en su versión más primaria, despertando mis
endorfinas de su letargo.
Bruma de pétalos aterciopelados…,
¿cálida?, ¿seductora?, ¿algo frágil?,
Me envuelve el alma y un deseo prevalece:
¡Forjar un sueño!
Olvidando que anhelarla, puede ser un
antónimo de las apariencias.
Sentía que estaba preparado para
todo, excepto para esa fragancia.
Sigo el camino que su fragancia me
indica…,
El calor de mi cuerpo se eleva sin
control…,
Ni sabes que hay besos que se dan con
la mirada y que las palabras, suelen ser, una mercancía para quien quiera
comprarlas.
Una mujer que no perdió su corazón de
niña, que aunque atrapada en una silla,
sigue sonriendo.
Recodaré una dulce promesa y con
lágrimas en los ojos, olvidaré todo de ti, menos ese pedacito de tiempo que
estuve junto a ti.
D.M.