viernes, 18 de enero de 2019

Guttmann


Fui figurante en un mundo desconocido,
Un lugar donde la normalidad va en silla de ruedas.
Un rincón, en un supuesto Cosmos de perfección.
A un suspiro, entre la ausencia y el despertar.
A un suspiro, entre parálisis y movimiento.

Un lugar donde la discapacidad tiene nombre y apellidos.
Un lugar donde no se teme a la adversidad.
Un espejo para el mundo.
Un subsuelo fértil que seguirá dando paso a la esperanza.

Pionero en la mayoría de afectaciones neurológicas,
donde se darán la mano esfuerzo y paciencia,
con un solo fin, sobrevivir.
Ni tan siquiera aquí podrían ayudarme…
Y en ese rincón, lloré…

Te acercaste para saber mi nombre y una frase me impacto de ti,
“¡Estás en el mejor lugar, jamás te rindas!“
Compartimos apenas unas horas.
Te fuiste, supe que para siempre…
Te recordaré…

Entre muchos, ¡Tu!
Debiste romper corazones,
me guiñabas el ojo en tanto que,
intentabas articular la palabra guapa,
tú lo eras más…
Me explicaste a tu manera,
que no apreciabas dolor ni amor del esternón hasta los pies,
que fue un estúpido accidente,
que te dejó a tu suerte,
¡Ni te miró!,
se olvidó de tus grandes ojos azules.

Imposible no recordarte eternamente…
D.M.