Tres letras, al parecer escogidas al
azar…,
siglas que escondiéndose tras una labial, se atreven a
elegir,
mandar y destruir todo lo que alcanza su magnitud…,
esa ELA, ladrona de los sueños, cruel e impasible…,
jactándose, infringiendo toda norma.
Arrogante, sembrando odio a su paso.
Sin vacilar, sigue su airoso camino
hacia el vacío,
semejante al azote de un Dios, endiosado…,
lentamente, sin perder el rumbo, sigue avanzando,
compaginando el olvido del pasado con el incierto
futuro.
Asumiendo el perder la sonrisa por
algún rincón,
mientras un haz del astro rey, despierta, haciendo
notar que dejó
atrás el hilo de la vida.
Miedo a seguir estando demasiado
tiempo,
a que los días transcurran sin vivirlos,
a que el cerebro lúcido invite al cuerpo a ser su
amigo y este,
le rechace.
Miedo a que la realidad y la ficción
se pongan de acuerdo
al firmar el final,
a que el corazón lata sin poder abrazar a los tuyos.
Miedo a no ser capaz de mirar de
frente al futuro,
a respirar sin aliento, a la incertidumbre…,
Y tal vez, llegue a ser quién tu
quieras que sea.
Me cambiaste, aunque me negué…,
pero, jamás llegaré a ser alguien que te comparta.
Abrí los ojos diciendo, ¡basta…!
Y al mirar al cielo…, ¡tu no estabas!
D.M.